A la pregunta de : ¿Cual es el mejor momento para realizar un reportaje fotográfico al más pequeño/pequeña de la familia? La respuesta es: ¡YA! ¿Por qué? Porque cada momento en la vida de de un niño/niña puede ser interesante para hacer unas fotografías que vayan ganando valor mes a mes, y año tras año.
Por ejemplo, generalmente, antes de que un bebé cumpla los 6 meses aún es complicado que se pueda mantener sentado, por lo tanto, el modo de hacer las fotos cambia bastante. Hay que aceptar que primeramente, en la mayoría de los casos puede estar dormido, y como no queremos hacerle pasar un mal rato, le tendremos que hacer las fotos de esa manera. Así pues, lo podemos tumbar de un modo artístico para que la foto que consigamos sea íntima, delicada y conmovedora, o intentar apoyarlo de un modo cómodo y seguro para que aparezca algo erguido, como en un cesto. También podemos ayudarnos de los padres para que los bebés aparezcan cómodamente apoyados en ellos, así como sobre el pecho del padre o la madre, o en sus mismos brazos. El resto, la iluminación y el encuadre, queda ya en manos del fotógrafo.
A partir de los 6 o 7 meses, la personita ya empieza a tener las facciones que más adelante van a describir la figura de su cara. En este momento ya los podremos sentar en el suelo o sobre otro cómodo lugar. Empezamos a verles gatear, ya que van aprendiendo a desplazarse del mejor modo que pueden, cosa que suele estar muy interesante. Y también, responden cada vez más a los estímulos que sus familiares van practicando con ellos día a día, de modo que empieza a ser más sencillo conseguir una sonrisa con unos grandes ojitos abiertos.
Y al cumplir los 12 meses aproximadamente, ya son capaces de dar los primeros pasos. Este es, posiblemente, un gran momento para hacer unas fotografías que unos meses más tarde nos podríamos arrepentir de no haberlas realizado. Pueden quedarse sentados, o por ejemplo, ser ayudarlos por los brazos de los padres para levantarlos del suelo, ¡y así tomar su primera fotografía de pie! Este es un buenísimo momento para sacarlos a la calle e inmortalizar sus primeros pasos en un prado o parque. Unas instantáneas que con el paso del tiempo irán ganando valor a pasos agigantados, ¡sin duda!
Ahora solo falta preguntarse: ¿Cuándo hacemos esas fotos?