Los archipiélagos de las Guaitecas y Chiloe, en la Patagonia insular Chilena, son un mundo en si mismo, aislado, misterioso y bello.
Entre borrasca y borrasca, dias de lluvia, niebla y viento; sus habitantes aislados del continente la mayor parte del tiempo, han sido olvidados por la historia durante siglos. En este lugar, que fue considerado el ultimo enclave de la cristiandad, del supuesto mundo civilizado, antes de enbarcarnos en tierras de los temidos e incomprendidos Mapuches, Huilliches, Onas y Teguelches.
Las islas miran al pacifico y dan la espalda a las eternas nieves andinas y a los profundos bosques de la selva siempreverde valdiviana. Donde todavia perdura con gran arraigo la mitologia y los cuentos populares. Extraño mundo entre dos mundos. Miles de islas y canales marinos la gran mayoría desabitadas que se van perdiendo en su camino hacia el sur, hacia tierras Antarticas. Aguas fertiles en vida. Casa para ballenas, orcas, focas, delfines y albatros, lugar de duro trabajo para los pequeños barcos de pescadores chilotes que valientemente hacen frente a las tempestades para poder volver a casa con las bodegas llenas.
Durante 2 meses este fue mi hogar, entre marinos, comunidades indigenas y el gran pueblo chilote.. Dias de otoño fueron, de granznidos de aves marinas, de cielos cambiantes que corrian por encima nuestro, de olor a salitre y algas verdes, de charlas, de muchas charlas, de lectura y de estar cerquita de la chimenea de la cocina, tambien dias de compañerismo en la mar, de contar albatros de beber cartones de vino en puertos perdidos e islas solo visitadas por las perenes lluvias.. Gracias Don Pedro Azocar por enseñarmelo con tus ojos cristalinos. Descansa en paz, en ese otro eterno mar. Aitzol